El Caza Hawker de reacción, de construcción británica, ha estado siempre destinado a ser uno de los mejores. Diseñado a finales de la década de 1940 y principios de los 50 por sir Sydney Camm, cuyas obras maestras adicionales incluyen los reactores Hurricane y Harrier, el Caza Hawker es un reactor monoplaza ultrasónico. En su momento, fue uno de los aviones más avanzados del mundo. El pináculo de dicho diseño fue el caza suizo Mk58, propulsado por el motor de turbina Rolls-Royce Avon 207, con una envergadura de alas de 10,24 m y con una velocidad máxima de 620 nudos (1.149 km/h). En enero de 1958, las Fuerzas Aéreas Suizas encargaron cien aviones al constructor británico Hawker Siddeley. El Caza Hawker permaneció en servicio hasta 1994, en cuyo momento se había convertido en un tesoro nacional. En total, se construyeron 1.972 Cazas Hawker y actualmente quedan unos pocos, de cuyo mantenimiento se ocupan Paul y el Equipo Suizo de Caza. “Permitir que los Hawkers sigan volando es importante para mostrar a la gente lo que alcanzó nuestra generación y las generaciones precedentes”, declara Paul. “Crearon aviones capaces de volar un siglo si se cuida de ellos”.
