¿Cuáles fueron sus primeras impresiones de Oris?
Que era un gran negocio. Contaba con cerca de 800 empleados y producía todas las piezas de un reloj mecánico. La compañía tenía su sede en Hölstein, pero en total había siete filiales en pueblos cercanos y estábamos muy centrados en la fabricación. Incluso creábamos nuestras propias máquinas y herramientas. Fue un momento emocionante para participar.
